Pasados ya los años de la emigración de los Aldeadavilucos a
Argentina entre 1905 y 1915; recuperadas ya las viñas de la filoxera gracias a
las repoblaciones con vid americana, con la ayuda del diputado a cortes don Luis
Capdevila y de la Diputación Provincial; parece que Aldeadávila, a finales de los años 20 principios
de los 30, va asomando la cabeza. No obstante las cosas de palacio iban despacio.
El ferrocarril llegaba a Lumbrales a finales del siglo XIX y no es hasta el 16 de
octubre de 1928 cuando circula el primer vehículo correo de Lumbrales a
Aldeadávila.
La inauguración de la línea de correo fue todo un acontecimiento
según lo manifiesta la prensa de la época. El que fuera alcalde de Barrueco D. Félix González, farmacéutico y
corresponsal del Adelanto en “Barrueco-Pardo”, no tardó en dar cuenta de la
grata noticia, por fin veía hacer realidad un sueño largamente ambicionado.
Barruecopardo junto con Vilvestre y Aldeadávila eran los principales pueblos
beneficiados (el correo llegaba también a Vilvestre en esas mismas fechas).
Coche correo Lumbrales-Aldeadávila algunos años después |
Lejana ya la reparación del puente Resbala en 1915 e
inaugurada ahora, en 1928, 13 años después, la línea de correo entre Lumbrales
y Aldeadávila, la corporación de este último ayuntamiento, sin pérdida de
tiempo, se pone manos a la obra para potenciar y poner en valor esta vía. A
nadie le pasaba desapercibida la importancia de este correo que se
inauguraba. Parecía que después de tantos años había llegado el momento de
poner a Aldeadávila en el mapa de carreteras y bien comunicada con los caminos
de hierro. De esta manera Aldeadávila se embarcó en el arreglo y mejora del
camino vecinal de Aldeadávila a Barrueco y a la vez conseguir la conexión con
Vitigudino al enlazar con la carretera a Mieza. La asociación de todos los
pueblos beneficiados de la infraestructura no resultó del todo satisfactorio para
los intereses de Aldeadávila puesto que el montante total de la inversión para
el arreglo era de más de 45.000 pesetas y finalmente Aldeadávila hubo de
hacerse cargo de 33.700, más del 75% de la inversión. Estaba bien empleado. La
empresa de D. Higinio Severino, una de las empresas que explotaría la mina de
Wolfranio de Barrueco era la empresa adjudicataria de la obra.
No quiero
dejar pasar la ocasión de mencionar a quién sin llegar a ser el artífice de
todas estas mejoras comarcales sí fue el que más lucho por ellas. Don Adrián Martín Notario, secretario de ayuntamiento,
primero de Masueco, luego de Hinojosa y a partir de 1914 de Vilvestre, su
pueblo natal. D. Adrián merece capítulo aparte y un reconocimiento por parte de
todos los arribeños, aún hoy 100 años después, y sobre todo hoy 100 años después, porque es un
ejemplo a seguir. Desde su corresponsalía de El Salmantino firmaba unas
veces como “Un ribereño” y otras
simplemente como “Adrián Martín” y
siempre con espíritu crítico, denunciando las injusticias, dando cuenta de las
necesidades de toda la comarca y pidiendo a las autoridades con vehemencia lo
que a su modo de ver creía justo para las arribes. He leído todas sus crónicas
en el Salmantino. Desde sus columnas nunca he leído pedir nada para Vilvestre, siempre para la
comarca. Nunca he leído en sus crónicas parabienes y alabanzas a políticos, muy típicas en compañeros de su profesión de la época; muy al contrario, les pedía con elegancia y respeto lo que de ellos se esperaba como representantes públicos que eran. Ya desde la riada que en diciembre de 1909 se llevó el puente Resbala
venía reivindicando año tras año, primero la reconstrucción del puente y
después la mejora de las comunicaciones. Como muestra un botón, el 17 de agosto de 1914, en la
portada de El Salmantino se podía leer lo siguiente.Dña. Inés Luna en la inauguración del pilar de la Zarza en 1927 junto con D. Higinio Severino ejecutor de la obra. Don Higinio se llevaba todas la obras en aquel entonces. |