martes, 26 de julio de 2016

Una villa que progresa (parte 3a.). Llega el correo de Lumbrales a Aldeadávila y la mejora de las carreteras. Don Adrián Martín Notario.


Pasados ya los años de la emigración de los Aldeadavilucos a Argentina entre 1905 y 1915; recuperadas ya las viñas de la filoxera gracias a las repoblaciones con vid americana, con la ayuda del diputado a cortes don Luis Capdevila y de la Diputación Provincial; parece que Aldeadávila, a finales de los años 20 principios de los 30, va asomando la cabeza. No obstante las cosas de palacio iban despacio. El ferrocarril llegaba a Lumbrales a finales del siglo XIX y no es hasta el 16 de octubre de 1928 cuando circula el primer vehículo correo de Lumbrales a Aldeadávila.
Coche correo Lumbrales-Aldeadávila algunos años después
La inauguración de la línea de correo fue todo un acontecimiento según lo manifiesta la prensa de la época. El que fuera alcalde de Barrueco D. Félix González, farmacéutico y corresponsal del Adelanto en “Barrueco-Pardo”, no tardó en dar cuenta de la grata noticia, por fin veía hacer realidad un sueño largamente ambicionado. Barruecopardo junto con Vilvestre y Aldeadávila eran los principales pueblos beneficiados (el correo llegaba también a Vilvestre en esas mismas fechas).

Lejana ya la reparación del puente Resbala en 1915 e inaugurada ahora, en 1928, 13 años después, la línea de correo entre Lumbrales y Aldeadávila, la corporación de este último ayuntamiento, sin pérdida de tiempo, se pone manos a la obra para potenciar y poner en valor esta vía. A nadie le pasaba desapercibida la importancia de este correo que se inauguraba. Parecía que después de tantos años había llegado el momento de poner a Aldeadávila en el mapa de carreteras y bien comunicada con los caminos de hierro. De esta manera Aldeadávila se embarcó en el arreglo y mejora del camino vecinal de Aldeadávila a Barrueco y a la vez conseguir la conexión con Vitigudino al enlazar con la carretera a Mieza. La asociación de todos los pueblos beneficiados de la infraestructura no resultó del todo satisfactorio para los intereses de Aldeadávila puesto que el montante total de la inversión para el arreglo era de más de 45.000 pesetas y finalmente Aldeadávila hubo de hacerse cargo de 33.700, más del 75% de la inversión. Estaba bien empleado. La empresa de D. Higinio Severino, una de las empresas que explotaría la mina de Wolfranio de Barrueco era la empresa adjudicataria de la obra.
Dña. Inés Luna en la inauguración del pilar de la Zarza en 1927
junto con D. Higinio Severino ejecutor de la obra. Don Higinio se llevaba todas la obras
en aquel entonces.
No quiero dejar pasar la ocasión de mencionar a quién sin llegar a ser el artífice de todas estas mejoras comarcales sí fue el que más lucho por ellas. Don Adrián Martín Notario, secretario de ayuntamiento, primero de Masueco, luego de Hinojosa y a partir de 1914 de Vilvestre, su pueblo natal. D. Adrián merece capítulo aparte y un reconocimiento por parte de todos los arribeños, aún hoy 100 años después, y sobre todo hoy 100 años después, porque es un ejemplo a seguir. Desde su corresponsalía de El Salmantino firmaba unas veces como “Un ribereño” y otras simplemente como “Adrián Martín” y siempre con espíritu crítico, denunciando las injusticias, dando cuenta de las necesidades de toda la comarca y pidiendo a las autoridades con vehemencia lo que a su modo de ver creía justo para las arribes. He leído todas sus crónicas en el Salmantino. Desde sus columnas nunca he leído pedir nada para Vilvestre, siempre para la comarca. Nunca he leído en sus crónicas parabienes y alabanzas a políticos, muy típicas en compañeros de su profesión de la época; muy al contrario, les pedía con elegancia y respeto lo que de ellos se esperaba como representantes públicos que eran. Ya desde la riada que en diciembre de 1909 se llevó el puente Resbala venía reivindicando año tras año, primero la reconstrucción del puente y después la mejora de las comunicaciones. Como muestra un botón, el 17 de agosto de 1914, en la portada de El Salmantino se podía leer lo siguiente.