Matilde Rafaela Cristina
Cherner Hernández, tal cual reza su partida de bautismo (1), nació el 17 de
marzo de 1833. En su obra, que muchas
veces firmaba con el seudónimo de Rafael Luna, cultivó todos los géneros
literarios: novelas, obras teatrales, poemas, biografías y artículos de prensa.
Sabía latín y francés. Mujer culta y transgresora, ávida lectora, amante de la
música clásica; de espíritu crítico y adscripción política republicana federal
inquebrantable. Adelantada a su tiempo, fue una de las primeras escritoras comprometidas
con los derechos de la mujer. Matilde era hija de Juan Cherner Luna, natural de
San Fernando (Cádiz) y Antonia Hernández Durán, natural de Aldeadávila de la
Ribera. Abuelos maternos Manuel
Hernández Berrocal e Isabel Durán.
Ildefonso Ceferino Bautista Hernández Catá, tal cual reza su
partida de nacimiento (3), nació el 24 de Junio de 1885. Ildefonso Hernández-Catá
(Alfonso para las letras), es el escritor más universal que ha dado
Aldeadávila. Está considerado como uno de los mejores “cuentistas” en lengua castellana. Su padre Ildefonso Hernández
Lastras, militar destinado en Cuba y que alcanzó el grado de teniente coronel
del ejército español, había querido que su primer hijo varón naciera en su
misma cuna: Aldeadávila. Abuelos paternos Dionisio Hernández Durán y María
Lastras González. Bisabuelos paternos Manuel
Hernández Berrocal e Isabel Durán.
Matilde era tía segunda de Alfonso.
La madre de Matilde: Antonia Hernández Durán y el abuelo paterno de Alfonso:
Dionisio Hernández Durán eran hermanos. Cuando Matilde murió aún Alfonso no
había nacido. Ambos se forjaron a sí mismos como escritores en Madrid y ambos
murieron en tristes circunstancias. Cuenta la nieta de Alfonso (4a) que cuando
éste iba camino de la residencia del presidente de la República en Madrid a
presentar sus credenciales como Ministro Plenipotenciario de Cuba pasó en la
Plaza de Oriente junto a un banco que había a los pies de la estatua de Dña
Urraca (6) y recordando los años en los que le tocó pasar hambre y frio entabló
en sus pensamientos conversación con ella y le dijo: “ ¡Soy el mismo Dña Urraca,
y guárdeme ese lecho de mármol, que algún día, a lo mejor, vuelvo a ocuparlo¡”
Matilde
Cherner, pese a su empeño, no consiguió ver representada en el teatro ninguna
de sus obras, en el anecdotario de Matilde incluimos esta nota que encontramos
en el diario madrileño La Discusión
en marzo de 1873 haciéndose eco a su vez de una información aparecida en La
Correspondencia de España:
A última hora., y
cuando ya terminábamos nuestra revista, hallamos en La Correspondencia de
España un comunicado firmado por la apreciable escritora Sta. Matilde Cherner,
que textualmente dice así: «El drama que con el título Don Rodrigo se estrenó
anoche en el teatro Español, es un arreglo de otro mío que con el título de La
Cava he presentado a la empresa de dicho teatro.» Sí el hecho es cierto, como
la Sta. Cherner afirma, nosotros protestamos contra semejante abuso, y
esperamos que el Sr. La Serna no dejará de aclarar este punto negro que aparece
en su obra y que amenaza en volverla contra él.
Poco
tiempo después, en mayo, apareció en el número 32 de La Revista de España
lo siguiente:
El autor del drama
Don Rodrigo siguió con cierta señorita, Doña Matilde Cherner, en los periódicos
de Madrid, una animada polémica acerca de la paternidad de
dicha producción. Por
fin apareció plenamente demostrado que el joven poeta D. Agustín Fernando de La
Serna, autor del drama Don Rodrigo, había escrito su obra sin conocer la
existencia del titulado La cava y debido a la señorita Cherner.
En el del Sr. La
Serna se trata de un hecho ó varios hechos históricos tan conocidos
que el drama no pudo
ofrecer gran aliciente de novedad.
Matilde,
cuya abuela era hija de madre soltera, tuvo como madrina de bautizo a Matilde
Caballero Barreña religiosa de Aldeadávila en el convento de Sta. Ursula que
hizo las veces en nombre de Dña Gertrudis Cherner. Anecdóticamente la última
publicación de Matilde Cherner: Miserere de Doyagüe levantó polvareda
pues ficciona sobre el enamoramiento
de Doyagüe, (1755 – 1842, sacerdote y compositor salmantino, maestro de capilla
de la catedral de Salamanca y profesor de música en la Univ. de Salamanca) con
una novicia del convento de las Úrsulas.
Este precioso toral de
la Calle Poza ha sido bautizado recientemente como “Rincón de Matilde Cherner”,
desconozco si en una de estas casas nació o vivió la madre de Matilde.
Matilde colaboró en prensa con La Revista Salmantina donde escribió sus primeros poemas y con el Federal Salmantino. En cabeceras de Madrid colaboró con El Tiempo, La Epoca, La Revista Española y La Ilustración de la Mujer.
Entre
las novelas publicadas destacan Las
tres leyes, Novelas que parecen dramas, Ocaso y aurora,
y la obra más compleja, María Magdalena donde narra las memorias de
una prostituta. Entre las obras de teatro destacan Don Carlos de Austria
y La Cava.
En
los últimos años muchos investigadores se han ocupado de la obra de Matilde
Cherner: María de los Angeles Rodríguez Sánchez del CSIC, Pura Fernández de la
Univ. de Alcalá, Consuelo García Flecha Univ. de Sevilla han escrito sobre ella
recientemente. Pura Fernández en su libro Mujer Pública, vida privada. Del
arte eunuco a la novela lupanaria, sobre Matilde Cherner escribe:
Pero para trazar la historia de la escritura desatada
femenina en el siglo XIX se debe hablar de la autora Matilde Cherner
(1833-1880), que se adentra en los procelosos márgenes de la novela lupanaria,
terció en la polémica acerca de la condición social de la mujer y asaltó la
esfera de la escritura pública desde el análisis de la conducta privada; esto
es, enjuició la moral sexual y la higiene social a través de las vicisitudes de
una joven que termina prostituyéndose, María Magdalena, en la novela homónima
aparecida en Madrid en 1880.
…
Como señala Ángeles Rodríguez Sánchez, la sorprendente
obra obtuvo el silencio crítico, como sucederá con otras novelas lupanaria
(1998:374), actitud que se suma a otros rechazos más explícitos hacia la obra
literaria de Cherner, que ya había visto censurados dos dramos históricos, Don
Juan de Austria y La Caba, que fueron prohibidos posiblemente por su tendencia
republicana (Hormigón 1996-2000: IV.702).
La
madre de Alfonso Hernández-Catá, Emelina Catá Jardines, era hija del cubano
José Dolores Catá, que fue fusilado por conspirar contra España el 24 de mayo
de 1874. Unos meses antes, Ildefonso Hernández Lastras visitó a José Dolores
Catá en la prisión para pedirle la mano de su hija Emelina y éste se la
concedió. El matrimonio se celebró poco tiempo después de la ejecución del
padre. Otro de los hijos de José Dolores, Alvaro Catá Jardines, hermano de
Emelina, fue un activista revolucionario que tras instaurarse la Republica en
Méjico fue representante en la Cámara. En este ambiente, el escritor, en uno de
sus primeros cuentos Mandé Quinina,
escribe en relación con la guerra de la independencia contra España describiendo
el estallido de la de1895:
toda la familia de
mi madre debía simpatizar con la causa separatista y toda quería, y respetaba a
mi padre, cuyo sentido liberal de hombre de estudios y viajes era doblemente
raro en su posición de patriota y en su profesión de militar
Uva
de Aragón, escritora, nieta de Alfonso Hernández Catá, descubrió la placa en la
casa de Aldeadávila donde nació Alfonso el 24 de Junio de 1985 y que recuerda
los 100 años de su nacimiento. Uva cuenta en el libro Alfonso Hernández-Catá. Un escritor cubano salmantino y universal:
Pero nada pudo
compararse a mi viaje a Aldeadávila de la Ribera, el día precisamente que se
cumplían los cien años del nacimiento de Hernández-Catá. Allí visité la iglesia
donde fue bautizado, la casa en Maderos N.14 (antes Maderos N.10) donde nació y
donde desvelé la placa que en su homenaje colocó el ayuntamiento.
También
su nieta, en este mismo libro, da cuenta de cómo Alfonso nunca olvidó su
procedencia salmantina:
no olvidó sus raíces
salmantinas, pues siempre llevaba en su capa de invierno los típicos botones
charros
Bien pudiéramos bautizar este otro rincón, justo frente
a la casa donde nació, como el rincón de Hernández-Catá
Matilde murió soltera en Madrid, calle de la Palma 21, de muerte repentina e inesperada el 15 de agosto de 1880. Según el médico forense murió de un aneurisma de aorta ventral. El 17 de Agosto en La Epoca de Madrid podía leerse esto:
Una noticia triste
nos trae un periódico de la mañana, la de la muerte de nuestra querida amiga y
asidua colaboradora Matilde Cherner, conocida en la república
de las letras con el
pseudónimo de Rafael Luna.
Hace muy pocos días
que la ingeniosa escritora estuvo en nuestra redacción para suplicarnos
insertáramos en la hoja literaria un artículo que acababa de escribir con el título de
Profesión de fe, en el que se ocupaba con gran discreción de la mujer literata,
concluyendo que no debía casarse, y que si se casaba debía renunciar a la
literatura. En nuestro número de mañana publicaremos este discreto trabajo, quizás
el último que salió de la pluma de nuestra colaboradora.
Matilde Cherner
defendió su opinión con la pluma y con el ejemplo, Matilde Cherner es autora de
gran número de notables artículos, de los cuales la mayor parte han aparecido en
nuestra Hoja literaria, y de un precioso estudio social, del que nos
ocupamos cuando se publicó, y lleva por título María Magdalena. La autora
merece un lugar entre los buenos escritores. Matilde Cherner era pobre y era
mujer. ¡Quién es capaz de comprender los esfuerzos que ha necesitado emplear
para cultivar las letras! Nadie se acordará mañana de la pobre escritora. Nosotros,
que la conocimos en vida y que hemos experimentado un profundo dolor al
saber su muerte, hacemos votos por que en el cielo encuentre la felicidad que
no halló en la tierra.
Alfonso
murió en accidente de avión el 8 de noviembre de 1940 en Río de Janeiro. Matilde, tía segunda de Alfonso, falleció dos
años antes de que éste naciera. Alfonso a diferencia de Matilde no murió pobre.
Desde que en 1909 ingresó en la carrera diplomática con destino a El Havre no
la dejaría hasta su muerte. Falleció siendo ministro de Cuba en Brasil. Fue cónsul de
segunda clase, primero en El Havre (1909) y luego en Birmingham (1911), Cádiz
(1913) y Alicante (1914). En 1918 es ascendido a cónsul de primera clase y
llega a Madrid para a continuación ser encargado de negocios de la República de
Cuba en Lisboa. Regresó a Madrid en 1925 como cónsul y en 1933 es nombrado
Embajador de Cuba en España y, posteriormente, en Panamá (1935), Chile (1937) y
Brasil (1938).
La
obra que dejó Alfonso Hernández Catá es extensa y abarca todos los géneros. De
ella destacamos:
- En Novela, novela corta y cuentos
Cuentos Pasionales. 1ª Edición Madrid 1907. Ed. M. Pérez
Villavicencio
Cuentos Pasionales. 2ª Edición Madrid
Novela Erótica. Madrid 1909
Pelayo González. Alguna de sus ideas. Algunos de sus
hechos. Su Muerte. París 1909.
La Juventud de Aurelio Záldivar. Madrid 1911
Cuentos Pasionales. 3ª Edición Madrid. Editorial America
La Juventud de Aurelio Záldivar. 2ª Edición. La Habana
1917
Zoología Pintoresca. 1919.
La Casa de Las Fieras. Madrid 1922. Nupcial y Dos
historias de tigre.
Los Frutos Ácidos. Madrid 1915 Incluye La Piel y Los
Muertos
Libro de Amor. Madrid 1924. Incluye El drama de la señorita
Occidente.
Piedras Preciosas. Madrid 1924. Incluye Los chinos
Cuatro libras de felicidad. 1933
La Muerte Nueva. 1922
El bebedor de lágrimas. 1926
El Ángel de Sodoma. 1928
Manicomio. Madrid 1931. Incluye Los Ojos, Los Muebles
Mitología de Martí. 1929. Incluye El entierro de José
Martí, Apólogo de Mary González, Don Cayetano el informal
- También trabaja la creación escénica. En colaboración
con su cuñado Alberto Insúa escriben las comedias: En familia, Nunca es
tarde, El amor tardío, Cabecita loca, El bandido. Con Eduardo Marquina:
Don Luis Mejía. Sin colaboración alguna: La casa desheredada y La noche
clara.
- En poesía Catá escribió: Escala y Guitarra guajira
(1)
Libro de Bautismos de la Iglesia de San Cristobal de
Salamanca
(2)
Referencias Matilde Cherner
a.
Carmen Simón Palmer, Escritoras Españolas del S. XIX. Manual bio-bibliográfico.
b.
Mª de los Angeles Rodríguez Sánchez: Matilde Cherner: una voz femenina y crítica
ante la prostitución en la España de 1880, Actas del XIII congreso de la
Asociación Internacional de Hispanistas. Madrid 1998. Lo referenciado se
concluye de la lectura de la primera parte de este acta: Matilde Cherner: Aproximación breve a su vida y a su obra
c.
Consuelo García Flecha en Las primeras universitarias en España 1872-1910. Narcea Ediciones 1996,
hace un repaso del pensamiento de Matilde Cherner (que dicho sea de paso no fue
a la Universidad) a través de sus escritos en la revista La Ilustración de la mujer y extracta de ello que Chener es una
mujer cansada de reclamar una evolución de la sociedad y de los círculos de
poder que permita reconocer a la mujer ilustrada una posición social digna e
igualitaria.
d.
Pura Fernández: Mujer publica y vida privada del
arte eunuco a la novela lupanaria. Támesis 2008
(3)
Transcripción literal del Registro Civil del Ayto. de
Aldeadávila que incorpora Luis Mata Martín en su libro: Historia de Aldeadávila de la Ribera. Hijos Ilustres de la Villa.
(4)
Referencias Alfonso Hernández Cata
a.
Uva de Aragón, Alfonso Hernández-Catá. Un escritor cubano, salmantino y Universal.
Univ. Pontificia de Salamanca 1996
b. Salvador Bueno, Itinerario de Alfonso
Hernández Catá (1885-1940) UNEAC La Habana.
c.
Antonio Barreras, Memorias de Hernández-Catá,
1953-1954
(5)
Algunas fuentes apuntan que en Madrid contó con la
ayuda de sus primos políticos Juan de la Cuesta Cherner y Robustiana Armiño.
(6)
Debe tratarse de Doña Sancha, Doña Urraca nunca estuvo
ubicada en la Plaza de Oriente sino en el Retiro.