sábado, 20 de agosto de 2016

Una villa que progresa 1928-1932 (parte 5a. y última). Del rodaje de la película a la llegada del nuevo secretario.


El 14 de julio de 1930, después de 9 años de ejercicio de su profesión en su pueblo natal, el farmacéutico don Manuel Hernández, licenciado en farmacia por la Universidad de Santiago de Compostela, deja vacante la farmacia del pueblo para hacerse cargo de la de la del Hospital Provincial de la capital salmantina. Don Manuel se había significado en todas las actividades culturales de Aldeadávila como un hombre culto y gran conferenciante. En relación a su actividad profesional había montado en el pueblo un laboratorio  anejo a su farmacia, en el que realizaba los análisis de las fuentes públicas. También era miembro destacado de  la junta de Gobierno del Colegio de Farmacéuticos de Salamanca. Por último ,por afición, tenía clasificada la flora de Aldeadávila y disponía de una gran colección de especies botánicas.

En octubre de 1931 llega a Aldeadávila desde el ayuntamiento de Cacabelos el nuevo secretario, el abogado asturiano, don Fernando Fdez. Suárez Kelly. Don Fernando, que no deja de sorprendernos, traía bajo el brazo una brillante carrera profesional, pese a su juventud: 
“Entre sus compañeros es de sobra conocido, por haber tomado parte activa en varios Congresos municipales, como el de Valencia y el de Madrid, en los que desempeñó el cargo de secretario de sesiones.
Es uno de los que más contribuyeron a la confección definitiva del escalafón del cuerpo secretarial local. Conocida es de todos los profesionales la controversia valiente y lucida que en uno de esos congresos sostuvo con el señor D. Jesús de Gaztañaga, a quien se le consideraba como uno de los más destacados valores del Colegio Central del Secretariado Local. Es hombre de gran cultura, especializado en los estudios de Derecho Administrativo y colaborador asiduo de revistas profesionales, nacionales y extranjeras, como “El Municipio Español”, de Barcelona; “España de Hoy”, de Madrid; “L’Administration Local”, órgano de la “Union Internacionale des Villes et pouvoirs locaux”, y en “Tablettes Documentaires Municipales”, que se publican en Bruselas, y que se consideran como los primeros portavoces del movimiento municipal mundial.
La brillantez de su pluma se revela también en la prensa diaria como lo atestigua el periódico “La Mañana”, de León, donde ha sostenido provechosas campañas de interés local, y cuyos artículos escritos con el pseudónimo de “Secreter”, eran siempre leídos con gran avidez y justificado interés.
Sus méritos personales y su prestigio profesional le llevaron, el año 1923, a las grandes ciudades de Inglaterra, donde aumentó sus conocimientos sobre la nueva ciencia del urbanismo, que procuró después derramar en un jugoso libro que publicó aquel mismo años y que se conserva en la biblioteca del que fue Instituto de Reformas Sociales, hoy Ministerio de Trabajo”

Cristóbal Martín Herrera 29
El 25 de noviembre de 1931 bautizan en la Iglesia de San Salvador la niña Martina Felisa Fernández Pérez.  Tan pronto como el nuevo secretario y su esposa doña Martina Pérez del Palacio, junto con sus pequeños Fernandito y Martinita, se han acomodado en el pueblo y han fijado su residencia en la casa de alquiler de la calle Cristóbal Martín Herrera nº 29 deciden bautizar a la pequeña.  Son los padrinos de bautizo el señor alcalde don Pedro Pereña y su  esposa doña Felisa García.

Para la inauguración de las nuevas escuelas y para la llegada a Aldeadávila del maestro don Aristónico García Blanco (del que recientemente supimos que, su hijo, nacido en Aldeadávila, don José Aristónico García Sánchez es el actual decano de Ilustre Colegio de Notarios de Madrid) aún habría que esperar al año 1936. Pero eso ya son otras historias …
Terminamos, con esta entrada en el blog, el repaso "a los sucesos" que tuvieron lugar en Aldeadávila entre los años 1928 y 1931. Concretamente desde finales de 1928 hasta finales de 1931. Desde cuando nos visitó el "fotógrafo aéreo" don Leopoldo Alonso y su ayudante Rafael Sacó del Rey, para rodar la película producida por la sección cinematográfica del Ejercito del Aire: "Estampas Españolas: Salamanca"; hasta la llegada al pueblo del nuevo secretario D. Fernando Fernández.  
Casi un lustro que, para el corresponsal del Adelanto en Aldeadávila de aquellos años,  mostraba muchas evidencias de que nuestro pueblo progresaba. Aquella interpretación de boda arribeña que se hizo para la película de D. Leopoldo y en la que se volcó todo el pueblo supuso todo un acontecimiento en Aldeadávila y mostraba un periodo de prosperidad y paz. Este documento cinematográfico de apenas 8 minutos en el que aparece medio pueblo y en el que se puede ver la Aldeadávila de 1928 es una pieza única y de gran interés sociológico. Hoy gracias a ella podemos conocer visualmente, entre otras muchas cosas, cómo eran y que aspecto tenían en 1928 las gentes de Aldeadávila y algunas de las localizaciones del pueblo que salen en la película. Lugares como la casa de la novia, que hoy se corresponde con la calle Maderos nº 16, cerca del rincón de Ildefonso Hernández Cata, donde vive hoy la familia de don Bernardo Gómez Martín (el que fuera hasta su jubilación uno de los taxistas de Aldeadávila). Aquella casa, en cuya fachada se escribió para la ocasión un "Adios Pepa", fue la elegida por el director como la casa donde vivía la novia. La orilla del río, la plaza y el Santo Cristo son otras de las localizaciones que se pueden ver en la película.